- Falta de recursos financieros
A menudo, los grandes fabricantes consideran que la transformación inteligente es demasiado costosa o perjudicial. Temen pérdidas por interrupciones del servicio o como resultado de implantaciones fallidas. Los costes añadidos de contratación, formación, infraestructura y revisión de los procesos establecidos pueden dar que pensar.
Sin embargo, la adopción de nuevas tecnologías como IoT, Inteligencia Artificial y Machine Learning implica menos errores debido a una menor intervención humana, un mejor control y agilidad en las operaciones, y una visibilidad granular en toda la cadena de valor del negocio que se traduce en una toma de decisiones decisiva, informada y oportuna, y una mayor rentabilidad. El retorno de la inversión supera con creces los riesgos asociados a continuar con la actividad habitual.
La financiación pública es una vía fundamental que los fabricantes pueden explorar para impulsar la adopción de la fabricación inteligente. Los fabricantes canadienses disponen de más de 32 000 millones de dólares en subvenciones e incentivos públicos.
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