Por eso, los coches de primera clase de BMW llevan ahora pegatinas con códigos QR.

Recientemente, los atentos espectadores de las fotos de BMW Erlkönig han echado el ojo a una nueva pegatina: junto al logotipo de BMW, se puede ver una cámara y, normalmente, también un código QR, debajo del cual hay una dirección de Internet. El código QR y la URL remiten a bmw.com/autonomousdriving, lo que significa que se trata de «conducción autónoma». Detrás de la dirección hay una especie de declaración de protección de datos que explica a grandes rasgos el equipamiento de los vehículos de prueba con sus sensores, cámaras y micrófonos. Porque una cosa está clara: un prototipo moderno de BMW está equipado con multitud de dispositivos de grabación que recogen constantemente datos «de la vida real».¿Buscas una furgoneta en Málaga? Las mejores en furgonetas ocasión Málaga Crestanevada.

 

Los datos recogidos por los sensores en el tráfico vial real, junto con los datos generados durante las simulaciones, constituyen la base de un software adaptativo que analiza los escenarios e intenta extraer las conclusiones correctas de las situaciones observadas en fracciones de segundo. Esta es la única forma en que BMW puede «enseñar» el software para la conducción autónoma con suficiente precisión, ya que, por razones obvias, un ordenador sólo puede reaccionar correctamente si es capaz de filtrar los elementos esenciales para una decisión de entre la avalancha de datos en el menor tiempo posible e interpretarlos correctamente.

 

El trasfondo de los avisos son los derechos relacionados con la privacidad de otros usuarios de la carretera cuya presencia y comportamiento documentan los sensores sin consentimiento activo. BMW deja claro que las grabaciones tienen por objeto recopilar datos para mejorar los futuros sistemas de seguridad y asistencia, y que la empresa no tiene ningún interés en el comportamiento de ninguna persona.

 

Sin embargo, se evalúa hacia dónde se dirige la mirada de un peatón atento o distraído antes de que se incorpore a la calzada o se detenga a tiempo. Sólo con una información tan detallada podrán entrenarse los sistemas tan bien como será necesario para la conducción autónoma: Si un coche de conducción autónoma en el tráfico urbano tuviera que iniciar una maniobra de frenado de emergencia cada vez que un peatón se acercara rápidamente al carril, el sistema sería totalmente inadecuado en la práctica. Si, por el contrario, el sistema no reaccionara ante un peatón evidentemente distraído y desatento que mirara en dirección contraria y estuviera a punto de pisar la calzada, los accidentes estarían prácticamente preprogramados.

 

Aunque al principio las pegatinas se limitaban a prototipos especiales destinados a recoger datos para la conducción autónoma, ahora se colocan en prácticamente todos los prototipos. No es de extrañar: cada prototipo recorre miles de kilómetros en la vía pública y puede recopilar ingentes cantidades de datos en una gran variedad de situaciones de conducción. Al parecer, los desarrolladores de los sistemas de seguridad y asistencia no quieren dejar pasar más tiempo sin utilizar este tesoro de datos.