Nueva clase: Zipse, jefe de BMW, insinúa la opción del hidrógeno

El papel del propulsor de hidrógeno en los planes de futuro de BMW no estuvo claro durante mucho tiempo. Sin embargo, esto podría cambiar con la Nueva Clase 2025, ya que se acumulan los indicios de un vehículo fabricado a gran escala con pila de combustible de hidrógeno. Durante la presentación del informe trimestral del segundo trimestre de 2021, el jefe de BMW, Oliver Zipse, pronunció ayer una frase de forma casi casual que da un nuevo impulso a las esperanzas de un coche de hidrógeno de Múnich: «Nuestra nueva arquitectura de vehículos es inflexiblemente eléctrica, ya sea con batería o con hidrógeno.»

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La declaración se refiere a la arquitectura de la «Nueva Clase», que se convertirá en la base de numerosos modelos nuevos a partir de 2025. Desde el punto de vista del jefe de BMW, Zipse, la Nueva Clase marca el inicio de tiempos completamente nuevos, ya que varios saltos tecnológicos se llevarán a la producción en serie con su lanzamiento al mercado en 2025. Además de los propulsores eléctricos y la arquitectura física, esto también incluye el concepto básico de la tecnología informática y de software a bordo de los vehículos; después de todo, los cada vez más complejos y potentes sistemas de asistencia y seguridad dependen de ello, además del infoentretenimiento.

 

La importancia de la Nueva Clase para BMW queda ilustrada por una frase del comunicado de prensa que acompaña al informe trimestral: «Un papel clave en la orientación hacia una movilidad sostenible y de bajas emisiones lo desempeña la Nueva Clase. Los aspectos centrales de esta nueva arquitectura de vehículos, orientada sin concesiones hacia la propulsión eléctrica, darán forma a todos los futuros modelos de BMW Group a partir de mediados de la década.»

 

Aunque hasta ahora la Nueva Clase se ha entendido sobre todo como una arquitectura para coches eléctricos puros (BEV), las últimas declaraciones se leen mucho más abiertas a la tecnología. La mención explícita del hidrógeno por parte de Oliver Zipse no es ninguna coincidencia. Más bien demuestra que la preparación de la serie pequeña de hidrógeno del BMW X5 para 2022 no será un fogonazo, sino que servirá para reunir conocimientos para futuros vehículos de producción a gran escala con pilas de combustible de hidrógeno (FCEV).

 

Queda por ver si el Grupo BMW seguirá colaborando tan estrechamente como hasta ahora con Toyota en el tema del hidrógeno. Mientras que otra cosa no habría tenido mucho sentido para la serie pequeña basada en el X5, la situación bien podría ser diferente para un futuro vehículo de serie grande basado en la Clase Nueva.

 

En cualquier caso, las declaraciones de ayer de Oliver Zipse, Consejero Delegado de BMW, muestran claramente que el Grupo BMW también tiene en mente otras opciones, además de los coches eléctricos puros, para seguir reduciendo las emisiones de CO2:

 

    Con Fit for 55, la Comisión Europea endureció aún más en julio los objetivos de reducción de emisiones de CO2. Pero por cada punto porcentual adicional de endurecimiento de los objetivos, necesitamos al menos 200.000 puntos de recarga públicos más, además de los tres millones ya necesarios en 2030.

 

    De aquí a 2030, el nuevo parque automovilístico deberá reducir sus emisiones de CO2 un 55% por debajo del nivel vigente. Esta es la propuesta de la Comisión Europea, que marca el inicio del proceso legislativo. Esto corresponde a un endurecimiento adicional del objetivo de unos 18 puntos porcentuales en comparación con el objetivo anterior de menos 37,5%. Cumpliremos este reto de forma fiable y consecuente, tal y como usted espera de BMW.

 

    Ya en 2023, ofreceremos a nuestros clientes al menos un BEV en casi todos nuestros segmentos de vehículos. En total, BMW Group pretende comercializar unos diez millones de vehículos totalmente eléctricos en los próximos diez años.

 

    Para los objetivos hasta 2035, la revisión de 2028 de la Comisión mostrará si otras tecnologías de emisiones cero, como los e-combustibles, se contabilizarán junto con los BEV y los FCEV.

 

    En 2025 -sólo faltan cuatro años- lanzaremos la NUEVA CLASE. Con esta gama de productos completamente nueva, respondemos a los requisitos altamente complejos de las próximas décadas. La NUEVA CLASE es un verdadero salto de longitud en varios aspectos: futuras generaciones de modelos, kits de construcción, tecnologías, cooperación y nuestra mentalidad en el Grupo. Nuestra nueva arquitectura de vehículos es inflexiblemente eléctrica, ya sea con batería o con hidrógeno.

 

    Esto también va asociado a una arquitectura informática y de software completamente nueva, así como a una generación de propulsores eléctricos y baterías de nuevo desarrollo y gran potencia. La integración de sistemas es una competencia central del Grupo BMW, que también demostramos con la NUEVA CLASE.

 

    Para mí, todo esto es expresión de una clara orientación de futuro y, por tanto, lo contrario de fósil o establecido. Hay que permitir esta pequeña réplica a la opinión de algunos expertos en automóviles.