Para las empresas que se dedican a mover y distribuir mercancías por todo el país o el mundo, la pandemia de 2020 ha demostrado lo importante que es disponer de tecnologías digitales que apoyen la planificación, gestión y ejecución de las operaciones de distribución. Incluso después de que la pandemia de coronavirus remita, el mundo no va a volver a ser lo que era, las cosas van a cambiar.
Sin embargo, algunas cosas no van a cambiar. La presión para operar con eficiencia y utilizar los recursos eficazmente seguirá existiendo. El reto para las empresas será hacer que sus cadenas de suministro sean más resistentes sin debilitar su competitividad.
Necesitamos cadenas de suministro
Ninguna empresa puede emular la fábrica verticalmente integrada de Henry Ford de hace un siglo, que no dependía de ningún proveedor externo. Hoy en día, muy pocas organizaciones, por no decir ninguna, pueden poseer el abanico de capacidades necesario para producirlo todo por sí mismas. Para ello, las empresas han recurrido a proveedores y subcontratistas que se centran en áreas específicas. A su vez, esos especialistas suelen tener que apoyarse en otros. Este arreglo proporciona la flexibilidad de lo que entra en un producto, y la capacidad de utilizar la última tecnología. Pero deja vulnerables a las empresas. Eso es lo que el mundo aprendió en 2020.
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