- Esperar contratiempos y adaptarse a ellos rápidamente
La ley de Murphy afirma que, si algo puede salir mal, saldrá mal. Incluso con una planificación exhaustiva, su organización no puede prever cada nuevo dato, cada tendencia a punto de estallar, cada acontecimiento que cambie el mundo en el horizonte o cada cambio de liderazgo que pueda poner en peligro el proyecto. Si su organización no puede absorber el impacto, el proyecto -y todo lo que ha invertido en él- podría salirse de la carretera.
El éxito, por tanto, depende menos de si se producen contratiempos y más de cómo se afrontan. Agilidad significa adaptarse rápidamente a corto plazo sin perder de vista el «por qué» a largo plazo. Significa ser flexible en los métodos y coherente en el enfoque. Significa mantener el impulso en todos los niveles de cambio.
El cambio empieza por los valores fundamentales
Cuando se enfrente a una implantación de gran envergadura, como un nuevo sistema ERP, guíese por sus valores fundamentales -no por la búsqueda del siguiente objeto brillante-, mantenga abiertas las líneas de comunicación con sus empleados, consiga el apoyo de todas las divisiones y funciones, aproveche el sentido de pertenencia de sus equipos y adopte estrategias ágiles, y se preparará para el éxito de la transformación digital.
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