- Asegúrese de tener en cuenta las necesidades de los trabajadores a distancia.
Cuando sobrevino la pandemia, plantillas enteras tuvieron que colaborar repentinamente a distancia, interactuar con nuevas tecnologías y enfrentarse a la perspectiva de ser sustituidas por la automatización. El FEM denomina a esto «doble disrupción» a la ya de por sí floreciente brecha de competencias, en la que las empresas se enfrentaron de repente a la necesidad de implantar tecnologías colaborativas, y los empleados necesitaban las competencias adecuadas para utilizarlas con eficacia.
Los resultados de nuestro reciente estudio titulado «El punto de inflexión para la fábrica del futuro» revelan que los recientes cierres provocaron que el 47% de las empresas de fabricación y distribución no pudieran funcionar eficazmente. Esto se debió a una combinación de sistemas empresariales ineficaces y procesos manuales, que impidieron a los empleados trabajar con eficacia.
En un cambio hacia el trabajo a distancia y una mayor colaboración, el 73% de las empresas declararon que necesitarían invertir en tecnología para facilitar las capacidades de trabajo a distancia en el futuro. Lo que resulta especialmente interesante es que casi la mitad (45%) de las empresas se han dado cuenta de que podrían perder talento en el futuro si no adoptan el trabajo a distancia. Por lo tanto, las iniciativas de formación para facilitar el trabajo a distancia son imprescindibles.
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